¿Quién no ha
experimentado un regusto agridulce tras asistir al espectáculo de un circo
ambulante?
Es inevitable, pues aunque cumplen su noble función de alegrar a los más pequeños, los menos pequeños ven claramente cómo las fieras mas salvajes del universo son en realidad animales moribundos, los payasos lo son por sus vestimentas… y poco más, los humoristas no hacen gracia, la mujer más fuerte del mundo no es fuerte, y lo que prometía ser “el espectáculo más grande jamás visto” es, en muchos casos, poco más que una fallida declaración de intenciones.
Es inevitable, pues aunque cumplen su noble función de alegrar a los más pequeños, los menos pequeños ven claramente cómo las fieras mas salvajes del universo son en realidad animales moribundos, los payasos lo son por sus vestimentas… y poco más, los humoristas no hacen gracia, la mujer más fuerte del mundo no es fuerte, y lo que prometía ser “el espectáculo más grande jamás visto” es, en muchos casos, poco más que una fallida declaración de intenciones.
Algo así, pero mucho más dramático, ocurrió hace casi 67
años en la ciudad alemana de Núremberg, donde se iniciaron una serie de juicios
para hacer justicia, o mejor dicho, ajusticiar a los líderes nazis presentes
por sus horribles crímenes.
Era innegable la necesidad de juzgar a estos individuos,
pero habría que pensar si se tendría que haber juzgado por algo a los
juzgadores ¿no?
Haciendo un repaso a los miembros del Tribunal (Unión
Soviética, EEUU e Inglaterra), no puedo evitar sentir un agudo pinchazo en el
sentido común al ver dos jueces de la Unión Soviética
estalinista juzgando a alguien por “crímenes contra la humanidad”. ¿Eran más
humanitarios sus “Gulags” (campos de concentración)?, ¿o el exterminio
deliberado del pueblo ucraniano, por ejemplo, en 1932-33?, ¿o su misma
política?. Parece extraído de la fábula de la zorra que guardaba gallinas,
sobre todo teniendo en cuenta que este régimen provoco casi las mismas muertes
que la misma II Guerra Mundial.
Por otro lado, me hubiera gustado preguntar también a los
dos jueces de EEUU sobre quién iba a juzgar a los líderes de su país por, por
ejemplo, utilizar bombas atómicas de destrucción masiva directamente contra la población
civil unos meses antes de estos juicios en ciudades japonesas (no objetivos
militares). En la actualidad es el único país del mundo que ostenta este logro.
Por último, me hubiera gustado preguntar a los dos jueces
ingleses sobre las diferencias entre los crímenes cometidos por los nazis en
sus ocupaciones de países para conseguir el “Espacio vital”, y los cometidos
por ellos mismos en sus colonias por todo el mundo (como en Malasia, Kenia,
etc). En la actualidad mantienen su espíritu bélico-colonialista visible en las
Malvinas y hasta en Gibraltar si apuramos.
¿Fue necesario y justo juzgar a los nazis por sus horribles
crímenes? Por supuesto, pero por un Tribunal real, no por uno sumarísimo. Aunque sólo fuera por respeto a las víctimas. Un
Tribunal compuesto por jueces que no tengan más motivos por los que callar que
por los que hablar.
Fue, como en un circo, la consecución de una causa justa
con unos medios...al menos discutibles.
Fue la promesa de la justicia impartida por los justos,
pero sin los justos.
Fue como imaginar un juicio económico actual contra Grecia
en la que los jueces sean España, Italia y Portugal.
Fueron los circos de Núremberg.